lunes, 14 de marzo de 2011

MISTURA TOYOTA 2010

ELLAS




Sin ustedes este planeta sería de millonarios y regalaríamos nuestra fortuna entera, sin guardarnos nada, por sufrir o vivir con una de ustedes.
Somos varones, en el correcto sentido del español, pero dejaríamos de ostentar tal título por falta de mujeres.
Son el complemento perfecto para un fin de semana, para una noche de copas y hasta para compartir una vida entera.
Sin ustedes, no seriamos hombres.

!Feliz día de la mujer!

lunes, 7 de marzo de 2011

MAA GANGA



Sumergir mi turbia existencia en las sagradas aguas del Ganges me hizo pensar en que lo único imperecedero en nosotros es lo que llevamos encapsulado dentro de nuestro cuerpo. Algo tan intangible como el aire o los sentimientos, en otras palabras: nuestra alma.


Somos animales, crecemos y nos relacionamos como animales y morimos como animales: accidentalmente, naturalmente o de enfermedades y hasta nos matamos entre nosotros, y no precisamente para sobrevivir.


Pero ¿qué queda al final de una vida? Los restos que enterramos con aires de dolor son lo que queda del cuerpo que habitamos, la casa en donde viviste “una vida”. Una casa que estuvo expuesta a las inclemencias del clima y a infinitas manos de pintura para que luzca bien por fuera.


Los hindúes, por una cuestión cultural, depositan las cenizas de sus seres queridos en el Ganges con el fin de limpiarlos del pecado o liberarlos del ciclo de reencarnación.


Eso me dice cuán valioso es para ellos el alma de la persona a comparación de lo superficial, lo que vemos desde afuera. Lo de afuera: caduca, cumple un ciclo de vida y de allí al cajón, dado el caso. Miles de personas caminan a nuestro lado pero no tenemos ni la más remota idea de cómo serán. Qué se cocina dentro de cada uno. Serán de los buenos o de los malos. Qué hay dentro de la tipa que camina sofisticadamente y sin pestañear sobre una pasarela.
Qué tanto busca el reciclador que se amanece peinando cuadras enteras. Qué sentirán los niños de la calle que en plena luz roja se dan cuenta que no tienen más posibilidades que la de vivir. Qué recuerdos le trae al viejo caminar por el parque todas las tardes. Qué final se proyecta la bailarina que contorsiona su cuerpo alrededor de un tubo.


Si todos pudiéramos sacar a la superficie nuestra alma como quien se pone un polo, un sombrero, un reloj, el mundo sería otro. Dejaríamos de ser una caja de sorpresas, nos abrazaríamos con ”desconocidos” en la calle y no en la iglesia. Recién entenderíamos que todos sí somos hermanos y que vivimos en una misma casa y bajo el mismo techo. Que lo malo que haces o hacemos da la vuelta en la esquina y vuelve a nosotros.