viernes, 2 de julio de 2010

BABA

El cuerpo humano escupe un sudor, casi siempre producido por alguna vergüenza, por una mentira y muy casualmente por efecto de una acción física. Las mismas personas se escupen, entre ellos, palabras de grueso calibre. Al final de nuestros días terminamos escupiendo nuestra propia vida. La gente pudiente escupe millones de gérmenes y bacilos de sus saludables cuerpos mientras los pobres escupen sus falsas esperanzas, que tanto daño les hace. Muchas personas escupen automáticamente sus malos pensamientos mientras que los buenos los guardan hasta que se fermenten para luego escupirlos. Los hombres, a diferencia de las mujeres, poseemos la facultad de escupir vida. Después de nueve meses el cuerpo de mi madre escupió a un bebé. Los libros de historia escupen lo que se hizo algún tiempo atrás. Todas las mañanas los periódicos no se cansan de escupirnos lo que sucede a nuestro alrededor. La televisión nunca dejará de escupirnos ideas, modelos, estilos, vidas ajenas. Los semáforos nos detienen para escupirnos reglas. El trabajo nos escupe bienestar, posición, progreso personal. La publicidad nos escupe paradigmas que no dudamos, ni un segundo, en aceptar. Las combis nos escupen la realidad en la que vivimos. Nuestros padres pagan para que nos escupan y nos enseñen a escupir esa doctrina llamada educación y así sucesivamente. En invierno el cielo se pone gris y empieza a escupirnos gota a gota. Los niños juegan a escupir, y ya de grandes o adolescentes, escupen hacia una sola dirección. Los ancianos escupen sus vivencias y consejos de la que fue una vida mejor. Las prostitutas escupen cualquier cosa menos su nombre de pila. Las chicas menos agraciadas no dejan de escupir temas interesantes como su inquebrantable personalidad y sus logros personales. Las chicas agraciadas no dejan de escupir idioteces para simplemente no pasar desapercibidas. Los músicos escupen alegría y tristesa a nuestros oídos utilizando solamente sus dedos o cuerdas vocales. Una foto escupe un momento de tu vida, quizás olvidado. Una lápida escupe un futuro nombre para tu hijo(a). Un beso infestado de sentimiento siempre escupe un final, no muy feliz que digamos. Nuestros ojos escupen lo que no podemos escupir por la boca, a diferencia de todo lo anteriormente escrito, los ojos escupen con sentimiento, escupen por dolor y con dolor y muy pocas veces de alegría. A mí me gusta escupir por medio de la escritura, porque solo así, puedo librarme de mis demonios.

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