lunes, 2 de abril de 2012

SEGUNDOS




La vida se resume a segundos y no a minutos porque es mucho tiempo, mucho menos a horas; sería como darte otra vida. En solo segundos podemos definir el camino de nuestra vida o torcerlo aún más. Podemos engendrar una nueva vida y también despedirnos de ésta sin decir adiós. Seguro pensabas que al morir uno se toma su tiempo como en las películas y como por ahí dicen. No. La luz de la vida se apaga al igual que el foco que alumbra tu habitación.


Puedes tener una vida insigne, de altas y bajas con enseñanzas fructíferas. Una vida de parque rodeada de niños que juegan a crecer. Una vida que fue de menos a más o viceversa. Una vida de altura que jamás se imaginó que existía vida más allá de sus narices. Una vida que se vive en solitario domingos y feriados. Una vida de pasajes malolientes y tachos rebosantes de basura en las esquinas. Una vida repetitiva como el nombre de las calles. Una vida mundana con interminables y coloridos sellos en el pasaporte.


Al final no importa o quizás si, no la tengo muy clara aún. Pero lo que sí puedo afirmar es que bastamos de tan solo segundos para despojarnos de todo lo vivido e irnos sin avisar.


Por eso cada año al soplar la vela pido más de lo mismo: segundos, nada más.

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