viernes, 15 de agosto de 2014

NIRVANA

Ahora que llegó hasta aquí, atrévase a enamorarse. Sienta atracción por el cuerpo cuneiforme que observa y sincronice su ritmo cardiaco con el pausado latir de un lugar invisible a los ojos del tiempo. Quítese la pesada mochila de la soledad con el beso de bienvenido que brinda esta preciosa torre a sus pretendientes extranjeros, déjese abrazar por su irresistible historia y agradezca a las líneas aéreas que proponen destinos para corazones rotos. Entréguese a este nuevo romance como si fuera el vigoroso pecho de una madre primeriza, proceda a amamantarse y no se despegue hasta convertirse en el antropoide de cerebro primario que un día fuimos, entonces, usted, alcanzará el nirvana: notará que la razón y el tiempo son látigos que marcan la espalda de la humanidad y que lucimos como la perfección pero no lo somos. Embriáguese con el prolongado orgasmo que genera esta revelación que suena a tan poca cosa, luego deambule por donde le indique su estómago y orine en donde le mande su cuerpo, así aprenderá a respetar los ríos, los bosques, los desiertos y las piedras que se prestaron para celebrarle al amor que aún sobrevive en este bello planeta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario