jueves, 24 de octubre de 2019

CARIÑO BONITO


Sí. La gordita de la agencia está para llevar. Le eché puntería en una de sus visitas pasadas, lástima que mi brújula solo se mueve cuando hay viento y arena. Es cuestión de acercarse con un floro misio para meter el primer cucharazo. No sé. Cuéntale que andas en moto, que eres profe en el IPP y que vistes de negro por pura coincidencia. Salidas van. Salidas vienen. Listo. Una vez en brazos, aseguras una dotación permanente de serotonina en tu organismo. Para cuando la relación se vuelve permanente y cíclica, pides chepa y viajas a Dubrovnik. Una vez cruzado el charco, encuentras que las nativas son como la canción de Polo Campos: “Cariño bonito”. Sin embargo, la vida es como una puerta vaivén: va y viene por la acción de los cuerpos que la transitan. Ya de vuelta en las orillas del Rímac. La serotonina empieza a escasear, la presencia de la gordita de Inca kola ya no endulza como antes. El cuerpo reclama calidad mas no cantidad en el país de la piratería. Todo es gris. ¡Salud! Porque la verdad es como el conchito de cerveza en el fondo del vaso, solo lo bebes cuando estás borracho.



No hay comentarios:

Publicar un comentario