sábado, 22 de mayo de 2010

ASPIRANTE

Como todo aspirante a creativo (o pensativo en términos rioplatenses), me paso la mitad del día sentado en la recepción. Hasta allí nada más llega mi Elocuencia. Elocuencia es la típica chica que no gusta de jugar con otras chicas, la niña ausente a la hora de jugar a la comidita, al Papá y la Mamá. En su compendio de juguetes jamás encontraremos una Barbie, y si las hay, deben estar decapitadas por ella misma. Cómo habrá renegado de llevar desnaturalizadamente ese orificio que tanto placer nos da,
-¿es la naturaleza perfecta?- Sus padres deben estar orondos de tener una linda niña, que como el resto del ganado sueña con un matrimonio de 10,000 dólares.
La ruleta de la vida me llevó a admirarla, falseando en un trabajo de mujeres pero socializando cada día más con los hombres, hablando de piruetas con el Skate y Downhill en Ticlio. Siempre con el rostro sin retoques, la ropa holgada y las puntas de su cabello disparadas sin sentido. Hice lo más que pude por hundir mi dedo en su herida, pero nunca sangró. Allí me percaté que su herida era invisible para todos pero evidente para mí.

1 comentario:

  1. Elocuencia quizás no era mujer y peor con el trauma que le generó ese nombre...

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