domingo, 16 de mayo de 2010

PELI

Te escribo en mi nombre y en el de tus amigas, que no son mis amigas, para decirte que a pesar de haber tenido una vivencia (en común) totalmente pegada a lo laboral (muy breve, por dónde lo mires), sé que te va a ir bien, porque me caes muy bien. Te digo esto último por cómo tan pasiblemente te dejas manosear como la masa del turrón de doña Pepa, porque permanecer tranquila (silencio) casi todo el día en este cuarto tan salvaje y autómata, es digno de admirar.
Según el libro de la vida, nos volveremos a encontrar, porque todo da vueltas. Lamentablemente no te lo puedo asegurar; no tengo una bola de cristal sobre mis hombros. Es por eso que te deseo lo mejor y desde aquí te envío un fuerte abrazo y un beso en cada una de tus zonas erróneas.

Cuídate y mucha suerte.

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